16. No es el momento. No es el lugar. No son las formas. No he olvidado, todavía lo recuerdo todo demasiado claro. Es un homenaje. A ti. Muchas canciones quedan por escribir, muchas poesías, muchas líneas por escribir, muchas lágrimas por derramar. Nada de lo que diga, escriba, o haga, puede acercarse a lo que pienso. El escudo está hecho. Pero dentro queda el recuerdo. Y ese, pese al egoismo innato, es sincero.
Por ti, amigo.
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